Andaba en la calle, orgullosa,
mirando siempre de frente,
buscando broncas sabrosas,
ya no le sacaba al parche.
Andas
comprando boleto, eso
le dijo el marido cuando ella dijo la neta:
Yo ya no quiero contigo,
yo-ya-no-quiero-contigo.
Y es que ella está rete harta
de no escuchar el sonido
de un rocanrol de a de veras,
de alguien que sí la quiera.
Que no la traen señora, como un trapo
pañuelo.
Por eso, diga la neta:
Yo ya no quiero contigo,
yo-ya-no-quiero-contigo.
Todavía no cumple los treinta
y su amorcito le grita:
¡Yo
lo quiero ahorita!
Tráeme
el café de volada…
Que no la traen señora, como un trapo
pañuelo.
Por eso, diga la neta:
Yo ya no quiero contigo,
yo-ya-no-quiero-contigo.
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